La entrada del blog de este mes de diciembre es especial. Este mes, nos hemos saltado la programación prevista para abordar un tema que consideramos que tiene una gran importancia hoy en día, especialmente tras la muerte de Verónica Forqué. No entraremos en detalles ni especulaciones sobre las causas de su muerte, tampoco buscaremos culpables ni trataremos de comprender la mente de una persona a la que nunca tuvimos el honor de conocer. Sin embargo, sí que hablaremos de los efectos psicológicos del acoso en redes sociales. Ya hemos tratado las redes sociales en este post y también hemos hablado del ciberbullying a menores en este otro post y de la exposición en redes a menores en el post de aquí. Esta vez nos centraremos en analizar la figura del hater y dotar de recursos para hacerle frente.
En los últimos años, especialmente desde el boom de las redes sociales, la figura del hater se ha vuelto cada vez más habitual, de alguna forma aceptada e integrada en la sociedad, llegando a traspasar el mundo virtual. Así es que en algunas ocasiones podemos escuchar comentarios del tipo “no seas hater”, “qué hater eres”, normalmente expresado entre amigos y con cierta sorna. Pero ¿qué es el hater? Un hater es una persona que, en redes sociales y amparados por el anonimato que ofrecen estas, se dedica a criticar, insultar y ofender todo aquello que le viene en gana, escudándose en una falsa libertad de expresión. Sí, falsa, porque la libertad de expresión no da amparo al insulto, a las amenazas ni tampoco a la humillación, sin importar si el discurso es cara a cara o a través de internet, el canal no quita importancia al mensaje.
Ante todo, querido hater, pregúntate si te atreverías a acercarte a una persona en la calle y soltar todos esos comentarios tan dañinos y amenazas. Seguramente no, y no lo llamarías libertad de expresión. Entonces, ¿por qué consideras que es menos dañino cuando ese acoso se establece a través de las redes sociales? ¿O es que entonces te crees impune, que nada te puede pasar? Pues bien, en ambos casos te equivocas: el acoso en Internet está regulado dentro del artículo 171.ter del Código Penal, en el apartado de las coacciones. En él, se condena a todo aquel que hostigue a otra persona a través de cualquier medio de comunicación.
Los mensajes que se emiten online tienen repercusión en la vida offline, no pierden agresividad, es más, en ocasiones se puede ver multiplicado este efecto perjudicial, ya que, es fácil caer en la normalización del odio y deshumanización de la víctima, provocando linchamientos online con graves repercusiones offline. Es importante recordar que los mensajes en redes provienen de personas reales, que piensen de la misma forma cuando no están conectados. Son realidades que no se pueden separar. La normalización del ciberodio y la ciberviolencia conlleva la normalización de estos patrones de pensamiento y de conducta en la vida presencial.
Así, partidos políticos encienden las redes con bots, con desinformación y bulos, buscando precisamente la normalización de estas conductas, la polarización de las ideas y el extremismo, en un espacio en el que se sienten protegidos por su séquito de followers e impunes. Este acoso asciende a niveles insospechados cuando se trata de una figura pública, especialmente si es mujer y periodista o comunicadora. La experiencia en redes de mujeres y de hombres es distinta, al igual que pasa en minorías y colectivos lgtbiq+ tanto en la vida offline como en la online. En este caso, el objetivo del ciberacoso suele estar relacionado con la idea de silenciar, coartar y excluir del espacio público a las víctimas.
Aquí os dejamos la Línea de Ayuda en Ciberseguridad de INCIBE donde puedes resolver tus dudas cuando tengas un problema de estas características y te pueden asesorar tanto por llamada telefónica (017) o por mensajería instantánea.
También dejamos el manual de Save a hater, super recomendable para informarse sobre este tema.
Aprovechemos el final del año para reflexionar, ya que a todos nos gusta publicar en redes sociales resúmenes del año, de los momentos destacados en Instagram, de las canciones más escuchadas en Spotify… Aprovechemos y hagamos un examen de conciencia en relación al hate online. Quizá en algún momento has participado de este tipo de odio, quizá relacionado con comentar sobre personas que participan en realities, criticar a influencers, insultar a cargos públicos… ¿es esa la persona que quieres ser? ¿es ese el mensaje que mostrar? ¿Lo harías mirando a esa persona a los ojos? No te preocupes, la capacidad de aprender y cambiar es una de las características más bellas del ser humano. Seamos mejores. Felices fiestas.
Irene Marivela Palacios